Ejemplos de Poemas

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Última modificación por: Redacción ejemplosde.com, año 2021

Los poemas, también llamados poesía o lírica, son textos, escritos o composiciones literarias o artísticas que expresan estados de ánimo, sentimientos, emociones, ideas y vivencias; es decir, en el poema se transmite la intimidad del poeta o autor a través de palabras, versos y estrofas embellecidas por recursos estilísticos y más elementos. Su principal característica es la búsqueda estética, la belleza a través de la palabra. 

Pertenecen al llamado género lírico, el cual forma parte de los tres géneros literarios junto con el género dramático y el narrativo. La palabra lírica proviene del griego lyros que se refiere al instrumento de cuerda que tocaban los poetas mientras recitaban su poesía. 

La palabra poema proviene del latín poeima que hace referencia al resultado de una algo que se realiza, a algo creado artísticamente.

Características de los poemas: 

  • Las figuras retóricas. Éstas son recursos de estilo que sirven para embellecer las palabras, el mensaje o las ideas que se están diciendo. En los poemas, el lenguaje se embellece gracias al uso de las figuras retóricas. Entre las más utilizadas se encuentran: la metáfora, el hipérbaton, la hipérbole, la anáfora y la analogía. 
  • Subjetividad. Ésta se refiere a los sentimientos, emociones, deseos o necesidades del ser humano, del poeta mismo; él hace uso de esos elementos humanamente naturales para escribir su poesía. Entonces, en el poema, el poeta habla del amor, la muerte, la felicidad, el abandono, la soledad, etcétera, siempre desde su propia manera de entender o sentir esas vivencias. 
  • El ritmo. Es el orden, combinación y pausa de algún sonido o creación humana o natural. Es el fluir de elementos, su repetición crea más ritmos. El ritmo produce goce agradable, hipnótico, estético. En el caso del ritmo en los poemas, se trata de la combinación armoniosa y sucesiva de voces, de cortes, pausas, entre las palabras. 
  • La rima. Es la igualdad y repetición de sonidos finales (de las últimas sílabas) en dos o más versos a partir de la última vocal acentuada. 
  • El verso y la prosa. La forma en que se pueden escribir poemas es tanto en verso como en prosa, aunque siempre ha sido más popular o común el verso. Éste se refiere a cada oración o línea con un cierto número de sílabas y elementos para dar ritmo a las palabras. La prosa es la manera libre de escribir las palabras sin rima establecida.

15 Ejemplos de poemas: 

La palabra poema proviene del latín poeima que hace referencia al resultado de una algo que se realiza, a algo creado artísticamente.

Poemas cortos (10 ejemplos):

  1. Poema de Ezra Pound:

El jardín 
(En robe de parade Samain)
Como un ovillo de hebras de seda
estampado contra una pared
ella bordea la tapia de un sendero
en los jardines de Kensington
y se va muriendo poco a poco
de una especie de anemia emocional. 

Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos,
vigorosos, inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra. 

Ella es el final de la estirpe.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien fuese a hablarle,
y casi tiene miedo de que yo
cometa esa indiscreción”. 

  1. Poema de Ezra Pound:

Un pacto 

Yo hago un pacto contigo, Walt Whitman.
Ya te he detestado lo suficiente.
Llego a ti como un niño crecido

Que ha tenido un padre testarudo;
Ya tengo edad para hacer amigos. 

Fuiste tú el que partió la nueva leña,
Ahora es el tiempo de tallar.

Nosotros tenemos la raíz y la savia:
Que haya intercambio entre nosotros”. 

  1. Poema de Alfonsina Storni:

Dos palabras
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla. 

Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo -¡oh, qué bella, la vida!-
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman. 

Tan dulces y tan bellas
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.

Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas. 

  1. Poema de Alfonsina Storni:

Soy
Soy suave y triste si idolatro, puedo
bajar el cielo hasta mi mano cuando
el alma de otro al alma mía enredo.

Plumón alguno no hallarás más blando.
Ninguna como yo las manos besa,
ni se acurruca tanto en un ensueño,
ni cupo en otro cuerpo, así pequeño,
un alma humana de mayor terneza. 

Muero sobre los ojos, si los siento
como pájaros vivos, un momento,
aletear bajo mis dedos blancos. 

Sé la frase que encanta y que comprende
y sé callar cuando la luna asciende
enorme y roja sobre los barrancos. 

  1. Poema de Jorge Manrique:

Coplas a la muerte de su padre
Recuerde el alma dormida,
Avive el seso y despierte
Contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuan presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.

No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio porque todo
ha de pasar por tal manera” 

  1. Poema de Gabriela Mistral:

Balada
Él pasó con otra;
yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.

¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!

Él va amando a otra
por la tierra en flor.

Ha abierto el espino;
pasa una canción.

¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!

El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.

¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar! 

El irá con otra
por la eternidad.

Habrá cielos dulces.
(Dios quiera callar.)

¡Y él irá con otra
por la eternidad!”

  1. Poema de Jorge Luis Borges:

Ajedrez II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?” 

  1. Poema de José Gorostiza:

Se alegra el mar
A Carlos Pellicer
Iremos a buscar
hojas de plátano al platanar.
Se alegra el mar.

Iremos a buscarlas en el camino,
padre de las madejas de lino.

Se alegra el mar.

Porque la luna (cumple quince años a pena)
se pone blanca, azul, roja, morena.

Se alegra el mar.
Porque la luna aprende consejo del mar,
en perfume de nardo se quiere mudar.

Se alegra el mar.
Siete varas de nardo desprenderé
para mi novia de lindo pie.

Se alegra el mar.
Siete varas de nardo; sólo un aroma,
una sola blancura de pluma de paloma.

Se alegra el mar.
Vida —le digo— blancas las desprendí, yo bien lo sé,
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.

Vida —le digo— blancas las desprendí.
¡No se vuelvan oscuras por ser de mí!
Se alegra el mar. 

  1. Poema de Antonio Machado:

Sueño
Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.

Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.

...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento. 

  1. Poema de Edgar Allan Poe:

Soneto a la ciencia
¡Ciencia! ¡verdadera hija del tiempo tú eres!
que alteras todas las cosas con tus escrutadores ojos.

¿Por qué devoras así el corazón del poeta,
buitre, cuyas alas son obtusas realidades?

¿Cómo debería él amarte? o ¿cómo puede juzgarte sabia
aquel a quien no dejas en su vagar
buscar un tesoro en los enjoyados cielos,
aunque se elevara con intrépida ala? 

¿No has arrebatado a Diana de su carro?
¿Ni expulsado a las Hamadríades del bosque
para buscar abrigo en alguna feliz estrella?

¿No has arrancado a las Náyades de la inundación,
al Elfo de la verde hierba, y a mí
del sueño de verano bajo el tamarindo?

Poemas largos (5 ejemplos):

  1. Poema de Ezra Pound:

La tumba de Akr Caar 

Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
Estos cinco milenios y tus ojos muertos
No se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,
Y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
No han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.

Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
Y te besó con una miríada de lenguas vegetales;
Mas tú no me besaste.

De tanto leerlo gasté el oro de la pared
Y fatigué mi pensamiento en los signos.

Y no hay nada nuevo en este sitio. 

He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
Por si despertabas y murmurabas por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.
 

¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
-Hasta el río hace tanto tiempo,
¿El río? Eras menos que joven
Y tres almas vinieron sobre Ti
Y yo vine.

Y volé sobre ti, las hice huir;
He sido íntima contigo, te he conocido.
¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?
¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los talones?
¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?

 Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar
Y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
Y ninguna luz me golpea y no dices
Palabra, día tras día.

¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
Y toda su hábil labor sobre la puerta,
Salir a través de los campos de verde cristal...

Mas hay quietud aquí.
No me voy.” 

  1. Poema de Pablo Neruda:

Agua sexual
Rodando a goterones solos,
a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones,
cae el agua,
como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio,
cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría,
pegando en las costuras del alma,
rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro. 

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo,
haciéndose, espesándose,
cae el agua,
a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano,
hacia su ola sin agua.

Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,
bodegas, cigarras,
poblaciones, estímulos,
habitaciones, niñas
durmiendo con las manos en el corazón,
soñando con bandidos, con incendios,
veo barcos,
veo árboles de médula
erizados como gatos rabiosos,
veo sangre, puñales y medias de mujer,
y pelos de hombre,
veo camas, veo corredores donde grita una virgen,
veo frazadas y órganos y hoteles.

Veo los sueños sigilosos,
admito los postreros días,
y también los orígenes, y también los recuerdos,
como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
estoy mirando. 

Y entonces hay este sonido:
un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne,
y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.

Estoy mirando, oyendo,
con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma
en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro al mundo.
y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer un agua sorda,
a goterones sordos.

Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos. 

  1. Poema de Alfonsina Storni:

Alma desnuda 

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta. 

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera. 

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve. 

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia. 

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos, vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.” 

  1. Poema de Antonio Machado:

El poeta
Maldiciendo su destino
como Glauco, el dios marino,
mira, turbia la pupila
de llanto, el mar, que le debe su blanca virgen Scyla. 

Él sabe que un Dios más fuerte
con la sustancia inmortal está jugando a la muerte,
cual niño bárbaro. Él piensa
que ha de caer como rama que sobre las aguas flota,
antes de perderse, gota
de mar, en la mar inmensa.

En sueños oyó el acento de una palabra divina;
en sueños se le ha mostrado la cruda ley diamantina,
sin odio ni amor, y el frío
soplo del olvido sabe sobre un arenal de hastío.

Bajo las palmeras del oasis el agua buena
miró brotar de la arena;
y se abrevó entre las dulces gacelas, y entre los fieros
animales carniceros... 

Y supo cuánto es la vida hecha de sed y dolor.
Y fue compasivo para el ciervo y el cazador,
para el ladrón y el robado,
para el pájaro azorado,
para el sanguinario azor.

Con el sabio amargo dijo: Vanidad de vanidades,
todo es negra vanidad;
y oyó otra voz que clamaba, alma de sus soledades:
sólo eres tú, luz que fulges en el corazón, verdad.

Y viendo cómo lucían
miles de blancas estrellas,
pensaba que todas ellas
en su corazón ardían.

¡Noche de amor!

Y otra noche
sintió la mala tristeza
que enturbia la pura llama,
y el corazón que bosteza,
y el histrión que declama 

Y dijo: Las galerías
del alma que espera están
desiertas, mudas, vacías:
las blancas sombras se van.

Y el demonio de los sueños abrió el jardín encantado de
ayer. ¡Cuán bello era!
¡Qué hermosamente el pasado
fingía la primavera,
cuando del árbol de otoño estaba el fruto colgado,
mísero fruto podrido,
que en el hueco acibarado
guarda el gusano escondido!
¡Alma, que en vano quisiste ser más joven cada día,
arranca tu flor, la humilde flor de la melancolía.” 

  1. Poema de Edgar Allan Poe:

El valle de la inquietud 

HUBO aquí un valle antaño, callado y sonriente,
donde nadie habitaba:
partiéronse las gentes a la guerra,
dejando a los luceros, de ojos dulces,
que velaran, de noche, desde azuladas torres,
las flores, y en el centro del valle, cada día,
la roja luz del sol se posaba, indolente.

Mas ya quien lo visite advertiría
la inquietud de ese valle melancólico.
No hay en él nada quieto,
sino el aire, que ampara
aquella soledad de maravilla.

¡Ah! Ningún viento mece aquellos árboles,
que palpitan al modo de los helados mares
en torno de las Hébridas brumosas.

¡Ah! Ningún viento arrastra aquellas nubes,
que crujen levemente por el cielo intranquilo,
turbadas desde el alba hasta la noche,
sobre las violetas que allí yacen,
como ojos humanos de mil suertes,
sobre ondulantes lirios,
que lloran en las tumbas ignoradas.

Ondulan, y de sus fragantes cimas
cae eterno rocío, gota a gota.

Lloran, y por sus tallos delicados,
como aljófar, van lágrimas perennes.”

Autor: Redacción ejemplosde.com, año 2021

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