La Guerra De Los Pasteles

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Última modificación por: Redacción ejemplosde.com, año 2021

La Guerra de los Pasteles, fue el primer conflicto armado entre México y Francia, el cual tuvo lugar del 16 de Abril de 1838 al 9 de Marzo de 1839.

A la primera guerra que hubo entre México y Francia, se le llamó guerra de los pasteles, gracias a un suceso acaecido en una pastelería perteneciente a un súbdito francés. Las causas del conflicto se encuentran en las reclamaciones de indemnizaciones, que varios franceses hicieron al gobierno de México. Entre dichas reclamaciones destacó la de un pastelero francés de apellido Remontel, quien reclamó reparaciones por los daños sufridos en 1828, cuando oficiales mexicanos causaron destrozos a su local, dejando daños que acumulaban una suma de alrededor de $60,000 pesos. Muchos otros comerciantes y personas con negocios procedentes de Francia tenían asuntos que reclamar, pero el de este pastelero fue el más sonado y famoso, siendo por ello que se le llamó popularmente con el nombre irónico y burlesco de “Guerra de los Pasteles”.

Esta guerra sucedió en el marco de la guerra interna entre conservadores centralistas y liberales federalistas. Estos pronunciamientos militares y golpes de estado, se sucedieron después de la independencia de México, asolando el territorio nacional, y afectaron no solamente a la población mexicana, sino también a varios extranjeros y sus bienes, haciéndose las reclamaciones correspondientes por parte de los afectados. Reclamaciones que iban desde préstamos forzosos, juicios ilegales, destrucción, robo o confiscación de bienes por parte de autoridades militares de ambos bandos en conflicto, (conservadores y liberales). Reclamaciones que fueron desatendidas por el gobierno mexicano, por motivo de que las mismas revueltas habían dejado insolvente al gobierno.

El conflicto comenzó después de que se rechazara, un ultimátum en el cual se le decía al gobierno mexicano, que debía de pagar una indemnización de $600 mil pesos y la destitución de funcionarios mexicanos que agraviaron a súbditos franceses, concluyendo el ultimátum en un tono que lo hizo inaceptable para México. “…Si (lo que dios no quiera), la respuesta fuese negativa sobre un solo punto, si fuese dudosa en un solo punto, si en fin tardase más que el 15 de abril, el infrascrito deberá inmediatamente poner la continuación del negocio en manos del Sr, Bazoche, comandante de las fuerzas navales de S.M, de las que parte se encuentran ya sobre la costa de México…” Al ser rechazado el ultimátum, el día 6 de febrero de 1838, comenzó el bloqueo del puerto de Veracruz, por parte de la flota francesa.

A continuación se realizaron negociaciones en Jalapa para resolver el conflicto, en donde México accedía a la mayor parte de los puntos, que eran reclamados por Francia, excepto una nueva petición hecha por parte del gobierno francés de indemnizar a Francia por los gastos de la expedición naval, que ascendían a $200 mil pesos, y por haber rechazado puntos desfavorables para México en un tratado comercial que se gestionaba desde hacía tiempo.

Al fracasar las negociaciones, la flota francesa abrió fuego contra la fortaleza de sanjuán de Ulúa el 28 de noviembre de 1838, desembarcando tropas en el puerto de Veracruz, el 5 de diciembre.

Cabe mencionar que durante este conflicto armado, varios jefes federalistas, a pesar de la amnistía decretada por el gobierno, continuaban luchando en los estados de, Michoacán, Sinaloa, y Durango. Además hubo nuevos pronunciamientos militares por parte de los liberales, en Tuxtla, Aguascalientes, Morelia, Oaxaca y Tampico, además de que varios guerrilleros liberales operaban en el estado de México, Puebla y el mismo Veracruz, restando fuerzas y recursos al gobierno conservador para enfrentar al invasor.

Los combates se iniciaron previo cañoneo por parte de la flota francesa integrada por 26 navíos, contra el fuerte de san Juan de Ulúa y el puerto de Veracruz. Con el posterior desembarco de tropas francesas. Aumentando de intensidad y concentrándose el cañoneo a la fortaleza, el comandante Gaona, resolvió entregar la fortaleza, al considerar que no había recursos para proseguir la defensa, entregándola el 28 de noviembre de 1838 a los franceses. Acto que fue catalogado por el gobierno de México como traición.

Antonio López de Santa Anna quien se encontraba en su hacienda Manga del Clavo, donde había escuchado el cañoneo, se trasladó a Veracruz, aprestándose a la defensa del puerto.

Al haberse perdido la fortaleza de san Juan de Ulúa, la guarnición mandada por Rincón consideró insostenible la plaza, reuniendo una junta de guerra en la que se acordó entrar en negociaciones con los franceses; estas disposiciones fueron desaprobadas por el gobierno mexicano y se ordenó que los comandantes Gaona y Rincón fuesen procesados, dándole el mando militar de Veracruz a Antonio López de Santa Anna, quien declaró el estado de guerra con Francia.

Rompiendo las negociaciones y decretando la expulsión de los franceses, excepto los enfermos y los que estén casados con mujeres mexicanas. Actos que fueron recibidos con entusiasmo por la población mexicana; estos actos desembocaron en que los comerciantes y acaudalados aportaran dinero para proseguir la lucha, se compraran armas y que se formaran cuerpos de voluntarios para la defensa.

Santa Anna envió una comunicación al contralmirante Baudín, informándole que no habían sido aprobadas las capitulaciones de San Juan de Ulúa y Veracruz, realizadas por Gaona y Rincón.

Como respuesta, el contralmirante Baudin, ordenó que una columna de mil hombres y artillería desembarcaran con la intención de aprehender a Santa Anna. Santa Anna al enterarse del desembarco, reunió algunas fuerzas para la defensa, entablando combate con los franceses, en los cuales no se definió una victoria para alguno de los bandos.

Ante esos acontecimientos, Baudin, dio la orden de reembarque de las tropas, siendo perseguidos por las tropas mexicanas lideradas por Santa Anna, llegando hasta el muelle, en donde los franceses habían dejado a pocos hombres y una pieza de artillería cargada de metralla que apuntaba a la puerta de la ciudad de Veracruz. Al momento en que llegaba santa Anna al frente de una columna de 200 hombres fue disparado el cañón matando a nueve mexicanos e hiriendo al propio Santa Anna destrozándole la pierna izquierda y un dedo de la mano derecha, los cuales perdió.

El resto de la tropa dio una carga de fusilería hacia quienes escapaban, matando a dos e hiriendo a varios.       

Después de estos acontecimientos, los franceses dieron por terminadas las operaciones militares, pero continuaron el bloqueo a los puertos mexicanos, (exceptuando el puerto de Tampico, por estar en poder del liberal insurrecto Urrea, quien les había prestado ayuda a los franceses, proveyéndolos de víveres y les avía devuelto un barco capturado, así como a los puertos de Tuxpan y Matamoros, mientras estuvieron en poder de los Federalistas).

Como el bloqueo afectaba los intereses económicos de varios países, entre ellos Gran Bretaña, Inglaterra envió a Ricardo Pakenham como ministro plenipotenciario y una escuadra más poderosa que la francesa, para mediar en el conflicto.

El día nueve de Marzo de 1839 se firmó el tratado de paz, en el que México se comprometía a pagar las indemnizaciones por la cantidad de $600,000 Pesos. Francia se comprometía a devolver las naves capturadas durante la guerra y se desistía del pago de la indemnización por gastos de guerra que exigía, dando fin a la llamada “guerra de los Pasteles”.

Autor: Redacción ejemplosde.com, año 2021

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